En el marco de la inauguración del pabellón español para la Bienal de Venecia 2018, conversamos con la arquitecta Atxu Amann, curadora del espacio, para entender de mejor manera las ideas y motivaciones que le dan forma. Uno de los conceptos más interesantes –con el objetivo de evitar derroches innecesarios– es que el dinero se ha derivado en su mayoría para reconstruir el edificio del pabellón, para luego "tatuar" sus muros con más de 140 proyectos realizados por estudiantes y arquitectos jóvenes:
(Yvonne Farrell y Shelley McNamara) remarcan el concepto de la generosidad, que es importante porque hay que dar espacio y tiempo a los que todavía no están pudiendo construir. Nosotros hemos sido unos afortunados: yo a los 30 años ya construía y ellos son gente joven de 35 y de 40 que no han construido nunca.
Por una parte, esto ha hecho que no tengan espacio de visibilidad, pero por otra parte, también ha hecho que durante este tiempo se provoquen otras lecturas, otros temas de arquitectura, otros modos de ser arquitectos. (...) Entonces, al ser este un suelo público español, se los cedemos para que vosotros mostréis lo que estáis haciendo.